Los recibos de cajero automático se producen mediante un método de impresión sencillo llamado impresión térmica. Este método se basa en el principio del termocromismo, un proceso en el que el color cambia al calentarse.
En esencia, la impresión térmica consiste en usar un cabezal de impresión para crear una impresión en un rollo de papel especial (común en cajeros automáticos y máquinas expendedoras) recubierto con tintes y ceras orgánicas. El papel utilizado es un papel térmico especial impregnado con tinte y un soporte adecuado. Cuando el cabezal de impresión, compuesto por diminutos elementos calefactores regularmente espaciados, recibe una señal de impresión, eleva la temperatura hasta el punto de fusión del recubrimiento orgánico, creando hendiduras imprimibles en el rollo de papel mediante un proceso termocrómico. Normalmente, se obtiene una impresión en negro, pero también se puede obtener en rojo controlando la temperatura del cabezal de impresión.
Incluso almacenadas a temperatura ambiente, estas impresiones se decoloran con el tiempo. Esto es especialmente cierto al exponerse a altas temperaturas, cerca de la llama de una vela o a la luz solar. La exposición prolongada a la luz solar puede generar grandes cantidades de calor, muy por encima del punto de fusión de estos recubrimientos, lo que puede causar daños permanentes en su composición química, provocando que la impresión se decolore o desaparezca.
Para conservar las impresiones a largo plazo, puede usar papel térmico original con recubrimientos adicionales. El papel térmico debe guardarse en un lugar seguro y no debe frotarse contra la superficie, ya que la fricción puede rayar el recubrimiento y causar daños y decoloración en la imagen.
Hora de publicación: 20 de septiembre de 2023